Stamped: 3/24/2009 04:31:00 p.m.
Nuestros pies eran el compendio de todo un mundo social, lleno de injusticias y desigualdades.
–¿Por que dijo usted que nuestra conversación seria el diálogo entre un poeta y un loco?
–Porque usted presume de poeta y a mi me tienen por loco de remate en el pueblo. Aseguran que falta un tornillo a toda mi familia,
¡Que barbaridad! Dicen que mis hermanas Herlinda y Maria padecen locura mística y que por eso no salen de la iglesia; afirman las gentes que Concha esta tocada porque pasa los días enseñando a los perros callejeros a sentarse en las patas traseras y a un gato barcino que tiene, a comer en la mesa con la pulcritud de un caballero; Josefa se tiro de cabeza a un pozo dizque porque estaba loca; y Dolores se enamoro de un cirquero por la misma causa, según la infalibilidad de esos Santos Padres que andan vestidos de blanco por allí sueltos. Quique, el sacerdote, no quiere confesar a las beatas, porque dice que estan locas, y le hablan de puro sexo disfrazado; y yo me emborracho, canto, lloro y voy por las calles con el vestido hecho jirones ¡porque estoy loco!.
¡Que lógica tan imbécil!
Locos son los que viven sin voluntad de vivir, tan solo por temor a la muerte, locas las que pretenden matar sus sentimientos y por el que dirán no huyen con un cirquero; locos los que martirizan a los animales en lugar de enseñarles a amar a los hombres –¿no es cierto, hermano de Asís?–; locos los que se arrodillan delante de un ente igual a ellos, que masculla latín y viste sotana, para contarle cosas sucias, como esas lavanderas que bajan al rió todos los sábados, a lavar su camisa, a sabiendas de que a la siguiente semana volverán a lo mismo porque no tienen otra que ponerse, y mas locos que yo los que no ríen, ni lloran, ni beben porque son esclavos de inútiles respetos sociales.
Prefiero a mi familia, de chiflados y no a ese rebaño de hipócritas que me ven como animal raro porque no duermo en su majada, ni balo al unísono de los otros.
En el Opus Dei se ponen alrrededor del Cuerpo de Cristo y lo veneran, y lo pasean por toda la finca y el templo, se incan, rezan, se lo meten en la boca, y en menos que canta un gallo ya estan en el excusado extirpandolo por dada sea la parte, para seguir cometiendo crimenes ,robos y arbitrariedades al por mayor.
En mi amplio deambular diurno y nocturno, alcohólico o sobrio, he llegado a conclusiones muy concretas: la humanidad es una hipócrita, Don Pepe. Por miedo al dolor los hombres ocurren a dios como al dentista, pero buscan al diablo para divertirse, sin tan sólo mencionar una sola vez un gracias diablo mío, por el contrario, después de pecar también le dan gracias a dios por lo que han gozado. ¡Pobrecito del diablo, que lástima le tengo!.